lunes, 12 de enero de 2009

TRATAMIENTO

El tratamiento local del pie diabético en caso de úlcera pretende alcanzar los siguientes objetivos:
• Limpieza de la herida
• Desbridamiento
• Control del exudado
• Infección: Protección ante agentes contaminantes
• Estimular la cicatrización y reepitelización

1. LIMPIEZA

El hecho de limpiar correctamente una herida va a tener una relación directa con la optimización de las condiciones necesarias para que ésta cicatrice correctamente y para que disminuya el peligro de infección, ya que con la limpieza, se retiran microorganismos y material necrótico presentes en el lecho de la lesión.
Recomendaciones para la limpieza de úlceras:
• Limpiar las heridas al principio del tratamiento y durante cada cambio de apósito.
• Utilizar la mínima fuerza mecánica al limpiar las heridas con gasas o esponjas.
• No limpiar las heridas con productos limpiadores o agentes antisépticos, como por ejemplo: povidona yodada, yodóforos, soluciones de hipoclorito sódico, peroxido de hidrógeno y ácido acético.
• Utilizar solución salina isotónica para limpiar las heridas.
• Administrar el producto limpiador a una presión suficiente que no cause trauma en el lecho de la herida pero facilite el arrastre mecánico de los restos necróticos.




2. DESBRIDAMIENTO DE LA ÚLCERA



Se hará si presenta necrosis, esfacelos o detritus. Es esencial para que una herida cicatrice correctamente ya que el tejido necrótico o los esfacelos son un caldo de cultivo para infecciones, inician una respuesta inflamatoria, suponen una demanda fagocítica para la herida y retrasan la curación al representar una barrera mecánica para el tejido de granulación.
El tipo de desbridamiento se decide en función del tipo, calidad, profundidad y localización del tejido necrótico, así como del estado general del paciente. Se debe distinguir entre la resección de áreas superficiales -tejido epidérmico y dérmico- y de tejido necrótico subdérmico. Se puede llevar a cabo quirúrgicamente, mediante tijeras o bisturí para quitar los tejidos desvitalizados, por medio de preparados enzimáticos, como la colagenasa, mecánicamente mediante gasa y suero o también mediante el uso de hidrogeles u otros productos hidroactivos, que generan ambiente húmedo, que colocados o aplicados sobre la herida, permiten la autodigestión del tejido desvitalizado por las enzimas normalmente presentes en los fluidos de la úlcera (desbridamiento autolítico).

3. CONTROL DEL EXUDADO



Se ha observado que las ulceras exudativas curan mas lentamente que las no exudativas y que el exceso de exudado puede macerar el tejido circundante. Según opiniones expertas debe absorberse lejos del lecho de la herida. Cuando se usan apósitos absorbentes debe tenerse cuidado para no desecar demasiado el lecho de la herida. Consideraremos tomar una muestra para cultivo y realizar antibiograma para suministrar el antibiótico adecuado en caso de que la úlcera presente exudado purulento. Ante úlceras exudativas, disponemos de una gran variedad de alternativas en productos de cura en ambiente húmedo dependiendo del grado de exudado.

4. INFECCIÓN LOCAL: PROTECCIÓN ANTE AGENTES CONTAMINANTES



Ante sospecha de infección hay que recoger una muestra para realizar cultivo y, antibiograma, no usando las torundas clásicas, sino mediante aspirado con aguja o por biopsia del tejido ulcerado. La sola presencia de gérmenes parece que no interfiere en el proceso de curación. Ante un cultivo positivo (más de 100.000 colonias), se instaurará antibioticoterapia sistémica.

5. CICATRIZACIÓN Y REEPITELIZACIÓN



Para estimular la cicatrización, una vez esté la herida limpia, se mantendrá en un medio húmedo para favorecer la migración celular, evitando lesionar el lecho recién formado (tanto al retirar el apósito anterior, como al realizar una limpieza demasiado agresiva) y protegiéndolo de posibles agentes infecciosos. En la fase de epitelización se continuara con un medio húmedo y aséptico. Usaremos apósitos que permitan alargar el tiempo entre curas con el objetivo de evitar la lesión de los tejidos neoformados.
De los métodos de curación que existen en la actualidad para este tipo de lesiones, la cura tradicional con gasa estéril absorbente más antisépticos o "cura seca", aunque sigue usándose, deberíamos sustituirla en la mayoría de los casos por la "cura en ambiente húmedo", opción basada en el uso de productos que generan en el lecho de la herida un ambiente húmedo, controlan el exudado y estimulan una cicatrización más fisiológica.
En general podemos decir que la cura húmeda nos aporta:
• Aumento del aporte de oxígeno y nutrientes vía endógena a través de la angiogénesis.
• Acidificación del pH de la zona, creando ambiente bacteriostático que disminuye riesgo infección.
• Facilidad para la migración celular, polimorfonucleares y macrófagos, como las de la reparación plástica.
• Control del exudado sin perjudicar la piel periulceral.
• Mantener la temperatura adecuada, estimulando con ello la fibrinolisis.
• Disminución del dolor.
• Protege a las heridas de la contaminación.
• Reducen los tiempos de cicatrización.
• Disminuye el número de curas locales. http://www.blogger.com/post-edit.g?blogID=7366539301786479&postID=8277781703435218700
El apósito ideal para una herida se debe cumplir los siguientes objetivos:
• Proporcionar un medio de ambiente húmedo
• Manejar el exudado y los componentes tóxicos.
• Facilitar el intercambio gaseoso
• Mantener una temperatura constante en el lecho de la herida
• Proteger la herida de de una infección secundaria.
• Estar libre de partículas o contaminantes tóxicos.
• Facilitar un cambio de apósito sin trauma.
































































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