martes, 13 de enero de 2009

INTRODUCCIÓN

Las personas diabéticas tienen mayores posibilidades de sufrir problemas en sus pies que otras personas. Estos problemas pueden llevar a infecciones muy peligrosas en los pies.

Reconocer y tratar temprano los problemas de los pies puede prevenir complicaciones serias.
La enfermedad diabética constituye, uno de los problemas sanitarios de mayor trascendencia, tanto por su extraordinaria frecuencia, como por su enorme repercusión social y económica.

Una de las complicaciones más temidas de esta patología, por lo que afecta a la calidad de vida de los diabéticos, es la aparición de úlceras en los pies.

El abordaje de un problema de salud tan importante, frecuente y de no fácil solución, mejora cuando se constituye un equipo multidisciplinar, ya que en general son varios los profesionales sanitarios implicados en su diagnóstico y tratamiento, del entendimiento y colaboración de todos ellos debe surgir la mejor manera de encauzarlo correctamente.

DEFINICIÓN

Se define el Pie Diabético, como una alteración clínica de base etiopatogénica neuropática e inducida por la hiperglicemia mantenida, en la que con o sin coexistencia de isquemia, y previo desencadenante traumático, produce lesión y/o ulceración del pie.

FACTORES DE RIESGO

FACTORES DE RIESGO QUE CONTRIBUYEN AL
DESARROLLO DEL PIE DIABETICO.

El control de los factores de riesgo del pie diabético desempeña
un papel fundamental en la reducción de la incidencia de esta afección.

A continuación, se expone los distintos factores de riesgos que son proclives a la aparicion del pie diabetico:

-Neuropatia diabética. Es la complicación más frecuente de la diabetes mellitus.
-La presencia o no de infección.
-La existencia de signos de déficit de circulación.
-Deformidades óseas
-Antecedentes de exceso de alcohol
-Ancianos de más de 70 años

-Tabaquismo. Es un factor de riesgo para la aparición de vasculopatía periférica en pacientes diabéticos. El abandono del hábito tabáquico es la modificación más importante en la conducta de un diabético que va a contribuir a disminuir el riesgo de aparición de enfermedad cardiovascular.

-Hiperglucemia. El control glucémico ha demostrado disminuir la aparición y progresión de las complicaciones microvasculares y neuropáticas (la neuropatía distal es el factor que más contribuye al desarrollo del pie diabético y posterior amputación). Por otro lado, la hiperglucemia produce un aumento de la glicosilación del colágeno, lo que favorece la formación de callos y la disminución de la movilidad de las articulaciones, ambos predictivos de la formación de úlceras.

-Hipertensión. Los pacientes diabéticos que tienen hipertensión tienen 5 veces más riesgo de desarrollar vasculopatía periférica, aunque aún no hay evidencias de que el buen control de la tensión arterial consiga reducir el número de amputaciones.

-Dislipemia. Los trastornos lipídicos asociados a la diabetes (aumento de LDLc, aumento de triglicéridos y disminución de HDLc) se han asociado claramente con el desarrollo de enfermedad vascular periférica.

-Bajo nivel socioeconómico. Los pacientes de clase social más baja tienen un mayor riesgo en la formación de úlceras y posterior amputación. Se piensa que la peor higiene y cuidado de los pies, el retraso en acudir a los servicios sanitarios y un menor apoyo social y familiar pueden condicionar este mayor riesgo.

PROCEDIMIENTOS DIAGNÓSTICOS

El examen del pie debe incluir los siguientes apartados:

1. Exploración clínica
- Aspecto de la piel: son aspectos a evaluar: la sequedad (anhidrosis); la hiperqueratosis; las callosidades; las deformidades; las fisuras y grietas; las maceraciones interdigitales; el eczema y las dermatitis; la atrofia del tejido celular subcutáneo; el color y tono cutáneos; la ausencia de vello en el dorso del pie, y la turgencia de los plexos venosos dorsales.
- Edema: localización, bilateralidad, grado, consistencia.
- Onicopatías: onicomicosis, onicogrifosis, onicocriptosis.
- Trastornos en la alineación de los dedos: hallux valgus, varus, garra, martillo.
- Trastornos estructurales: pie cavo, plano, pronado, supinado; la atrofia de la musculatura intrínseca (p.ej. la subluxación metatarsofalángica).
- Temperatura: asimetría de la temperatura plantar percibida con el dorso de la mano.

2. Examen neurológico.

Exploración instrumental

Diapasón graduado de Rydel-Seifferf.
- Dispone de unos cursores graduados desde 0 en la base a 8 en la parte superior. Se aplica la base del diapasón sobre la cabeza del primer metatarsal.
- Cuando el diapasón vibra, los triángulos en el cursor aparecen dobles. El número más próximo que aparece como punto de intersección de los lados largos de los dos triángulos que vibran en el momento en que el sujeto cesa de percibir la vibración, constituye la medida.
- Determinarse 3 veces en cada pie. Las medidas en cada pie se promedian por separado. Los pacientes vulnerables a las ulceraciones serían aquellos en los que la lectura fuese <>


Uso del monofilamento.
Procedimiento para la aplicación del filamento:
1. Mostrar el filamento al paciente y tocarle con él en el brazo o la mano para demostrarle que no duele.
2. Realizar el test con el filamento en las áreas indicadas en cada pie.




3. Aplicar el filamento perpendicularmente a la piel, empleando siempre movimientos uniformes

4. Ejercer la presión suficiente para que el filamento se doble.

5. Retirarlo de la piel. No realizar movimientos rápidos. La aproximación, el contacto con la piel y la retirada del filamento no debe durar más de 1_ segundos.

6. No permitir que el filamento se deslice sobre la piel ni hacer contactos reiterados sobre un lugar de test.

7. El paciente responderá "sí" si siente el filamento. Si no responde al contacto en un área concreta del pie, continuar en otro sitio. Cuando se haya completado la secuencia, repetir las áreas donde el paciente no haya indicado que siente el contacto del filamento.

8. Usar una secuencia aleatoria para aplicar el filamento, para evitar que el paciente imagine donde le va a tocar.

9. Indicar con un signo "-" las zonas en las que no ha respondido al contacto con el filamento.

3. Exploración vascular.

Interrogar al enfermo sobre si advierte sintomatología de claudicación intermitente (CI), ésta puede manifestarse en diversos grupos musculares, en función del nivel de afectación troncular: metatarsal, gemelar, glútea o mixta.

a) Exploración clínica.
Debe valorar:
- Presencia o ausencia de los pulsos tibiales—pedio y tibial posterior—, poplíteo y femoral.
- Existencia de soplos a nivel de la arteria femoral común y de la aorta abdominal.
- Temperatura y coloración en la cara dorsal y plantar de los pies, valorando su simetría.
- Evaluación del riesgo para el pie diabético mediante la medida de la presión arterial sistólica por doppler en brazo y el tobillo.
- El índice tensional (IT) es un valor relativo que se calcula mediante la interrelación de las presiones sistólicas registradas en las arterias tibial anterior o tibial posterior a nivel maleolar, y la presión sistólica humeral.

b)Indicaciones
• DM Tipo 1 de más de 35 años de edad o con más de 20 años de evolución.
• DM Tipo 2 con más de 40 años de edad.

c)Método
1. La PAS se medirá en ambos brazos, utilizando la sonda de Doppler. Debe utilizarse la medida más alta de las dos.

2. Debe mantenerse al paciente en reposo (decúbito supino) al menos 5´antes de la determinación de la PAS.

3. El transductor de Doppler debe colocarse en ángulo de 60° con respecto a la arteria que va a ser testada, para obtener mejor la señal. El test puede realizarse sobre la arteria pedia dorsal o la tibial posterior.

4. El manguito debe ser hinchado al menos 20 mmHg por encima de la PAS obtenida en el brazo, para asegurarse el completo colapso de las arterias pedia y tibial posterior. Se infla para obliterar el pulso tibial posterior y después se deshincha suavemente.

5. La PAS será la obtenida en el punto donde el Doppler detecta el retorno de flujo. El deshinchado debe ser lento (2 mmHg/seg.) para asegurar el punto exacto.

6. Dividir la presión sistólica obtenida en el tobillo por la más alta de las dos PAS obtenidas en el brazo para obtener el índice tobillo/ braquial (ITB)

d) Interpretación de los resultados
Calcificación arterial:
• La PAS del tobillo es superior a 300 mmHg.
• La PAS del tobillo es superior en 75 mmHg a la obtenida en el brazo.
• La relación T/B es >1’3.

3. Otros métodos diagnósticos:
a. Huella plantar.

PIE
NORMAL CÓNCAVO PLANO
Consiste en pisar sobre una plancha de goma de látex que lleva en la cara inferior una trama, que se empapa con tinta por medio de un rodillo. Debajo de ella colocaremos una hoja de papel blanco. El paciente debe caminar y pisar sobre la superficie de látex.

Enfermos de riesgo:
- Deben de recibir completa información sobre cómo cuidar sus pies.
- Remitirlos al ortopeda o podólogo.

Pacientes con signos de insuficiencia vascular:
- Remitirlos a un cirujano vascular para su correcta evaluación y tratamiento.

b. Test de esfuerzo
En la claudicometría, la velocidad se estandariza entre 4 y 9 km/h y el grado de pendiente de la rampa por donde camina el enfermo, sobre un 12%.
Se registra como distancia de CI la recorrida hasta el momento en que éste refiere dolor muscular que le impide seguir realizando el examen. Si éste no es manifestado, la prueba se concluye a los 10 minutos de iniciada.

lunes, 12 de enero de 2009

CLASIFICACIÓN

Según su etiopatogenia, las úlceras o lesiones del pie diabético las podemos clasificar en:

1. Úlcera neuropática.


Ulceración en un punto de presión o deformación del pie, presenta tres localizaciones prevalentes: primer y quinto metatarsiano en sus zonas acras, y calcáneo en su extremo posterior.

Son ulceraciones de forma redondeada, callosidad periulcerosa e indoloras.
La perfusión arterial es correcta, con existencia de pulsos tibiales.

2. Úlcera neuro-isquémica

Necrosis inicialmente seca y habitualmente de localización latero digital, que suele progresar de forma rápida a húmeda y supurativa si existe infección sobreañadida.

Generalmente los pulsos tibiales están abolidos y existe una neuropatía previa asociada.

3. Pie diabético infectado.


Clínicamente es posible distinguir tres formas, que pueden cursar de forma sucesiva, pero también simultánea:

- Celulitis Superficial: causada por un único germen patógeno gram positivo, que generalmente es el estafilococo aureus o el estreptococo. Puede cursar de forma autolimitada, o progresar a formas más extensas en función de la prevalencia de los factores predisponentes.
Infección necrotizante: afecta a tejidos blandos, y es polimicrobiana. Cuando se forman abscesos, el proceso puede extenderse a los compartimentos plantares.

- Osteomielitis: su localización más frecuente es en los 1, 2 y 5 dedos, y puede cursar de forma sintomática, pero no es infrecuente que falten los síntomas y signos inflamatorios.

4. Artropatía neuropática.

Clínicamente se manifiesta por existir fracturas espontáneas que son asintomáticas.

En su fase más avanza o final da lugar a una artropatía global (Charcot), que se define por la existencia de la subluxación plantar del tarso, la pérdida de la concavidad medial del pie causada por el desplazamiento de la articulación calcáneoastragalina, asociada o no a la luxación tarsometatarsal.

Tiene una alta prevalencia de úlcera asociada.

Úlcera en pie con artropatía de Charlot Es esencial para el profesional de enfermería, hacer un correcto diagnóstico diferencial entre las lesiones neuropáticas y las isquémicas, ya que su enfoque terapéutico, será totalmente distinto.




PREVENCIÓN

La persona diabética debe evitar los factores que pueden aumentar el riesgo de lesiones vasculares y nerviosas mediante:


· Control de la glucemia, manteniendo correctamente el tratamiento con insulina y/o hipoglucemiantes orales.





· Dieta alimenticia que facilite la estabilidad de los niveles de glucemia en sangre, evite la obesidad y garantice un adecuado aporte de proteínas, vitaminas y minerales al organismo.

















· Ejercicio físico que facilita el mantenimiento del peso adecuado, el metabolismo de la glucosa y la correcta circulación sanguínea en los pies.

· Llevar un buen control de la tensión arterial y de los niveles de lípidos en sangre

· No fumar ni consumir alcohol u otras drogas.




PLAN DE CUIDADOS

CUIDADOS DEL PIE EN PERSONAS CON DIABETES

VALORACIÓN:
1.-Neuropatía sensorial-motora
2.-Enfermedad vascular periférica

1.-NEUROPATÍA SENSORIAL-MOTORA
Preguntas que podemos hacer a las personas con diabetes antes de la exploración que nos pueden orientar en nuestros hallazgos.

Screening:
¿Tiene hormigueos?
¿Tiene calor en los pies? ¿Y frío?
¿Tiene dolor en los pies? ¿En piernas? ¿En ambos?
¿Le duele más de noche?
¿Le sudan los pies?

Exploración neuropática de los pies
-Inspeccionar si son adecuados los zapatos:
-Presencia de deformidades
-Zonas de alta presión.
-Úlceras previas.
-Uñas.
-Sensibilidad vibratoria.
-Sensibilidad dolorosa.
-Sensibilidad térmica.
-Sensibilidad por presión.
-Reflejos Rotulianos y Aquileos.
-Uso del monofilamento
-Uso del diapasón.


2.-ENFERMEDAD VASCULAR PERIFÉRICA
Para diferenciar los problemas que se pueden producir en el pie por el déficit de riego vascular haremos las siguientes preguntas:

Screening
-¿Cuándo camina tiene que pararse?
-¿Tiene cifras elevadas de colesterol?, ¿HTA?
-¿Fuma?
-¿Tiene los pies fríos?
-¿Le duelen más en reposo?

Exploración vascular de los pies
-Historial de claudicación intermitente o de dolor isquémico en reposo.
-Palpación de los pulsos arteriales tibial posterior y dorsal del pie.
-Palpación de las pulsaciones poplíteas y femorales si no palpáramos las anteriores.
-Blanqueamiento del pie al levantarlo, rubor postural, ulceración, necrosis cutánea o gangrena. -La isquemia crítica puede confundirse con infección debido al eritema local.
Frecuencia de exploración según riesgo
Sin Neuropatía sensorial (sin riesgo) . . . . . . . . . . . . .1 vez/año
Neuropatía sensorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .c/6 meses
Neuropatía sensorial, signos enfermedad vascular periférica o deformidades en el pie . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ……………………………. . .c/3 meses
Úlcera previa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .c/1-3 meses


CLASIFICACIÓN DE WAGNER:

Diagnósticos, NIC y NOC


Diagnósticos NANDA relacionados:


00046 Deterioro de la integridad cutánea
00047 Riesgo de deterioro de la integridad cutánea
00133 Dolor crónico
00122 Trastorno de la percepción sensorial táctil y visual


Intervenciones NIC relacionadas:

1660 Cuidados de los pies
3660 Cuidados de las heridas
6550 Protección contra las infecciones
6540 Control de infecciones
0200 Fomento del ejercicio
1400 Actuación ante el dolor
2660 Actuación ante la sensibilidad periférica alterada
Objetivos NOC
1103 Curación de la herida por 2ª intención
Actividades:
110301 Granulación
110302 Epitelización
110303 Resolución de la secreción purulenta
110304 Resolución de la secreción serosa
110306 Resolución de la secreción serosanguinolenta
110307 Resolución de eritema cutáneo circundante
110308 Resolución del edema perilesional
110309 Resolución de la piel alterada circundante
110310 Resolución de ampollas cutáneas
110311 Resolución piel macerada
110312 Resolución de necrosis
110314 Resolución de fistulización
110317 Resolución del olor de la herida 110318 Resolución del tamaño de la herida

EDUCACIÓN SANITARIA

Una vez detectado el pie de riesgo debemos informar y formar a la persona con diabetes y a su familia en su autocuidado, así como en la prevención de lesiones:

1. Lavado.
Se debe lavar sus pies diariamente. Para ello se recomienda:








2. Secado.
Se debe secar bien los pies, insistiendo entre los dedos, mediante contacto con una toalla suave, evitando la fricción.

3. Hidratación.
Hidratar la piel: utilizando cremas hidratantes, aplicándola mediante un pequeño masaje. NO aplicar la crema entre los dedos. Beber mucho líquido es importante, como agua, para que la piel esté húmeda y sana

4. Cuidado de las uñas.
Las uñas demasiado largas, demasiado cortas o mal cortadas pueden dar problemas y ser causa de infecciones.

5. Calzado y vestido.
- Un buen zapato es de cuero, ligero y flexible, la suela debe ser antideslizante y no demasiado gruesa, no debe tener costuras interiores.
- Cambie diariamente sus calcetines o medias. Las medias y calcetines deben ser suaves, preferiblemente de algodón, hilo o lana, sin costuras ni dobleces, ni demasiado holgados ni demasiado estrechos. No deben utilizarse ligas

6. Inspección
Después del lavado, debe examinar diariamente los pies. La mejor forma es sentado y con buena luz.
Si tiene dificultades para realizar un buen examen puede ayudarse con un espejo.





Debe prestar atención a:
o Lesiones entre los dedos
o Durezas en la planta del pie
o Callosidades en los dedos o entre los dedos
o Grietas
o Ampollas
o Zonas con cambios de coloración
o Heridas o ulceras
o Uñas encarnadas

TRATAMIENTO

El tratamiento local del pie diabético en caso de úlcera pretende alcanzar los siguientes objetivos:
• Limpieza de la herida
• Desbridamiento
• Control del exudado
• Infección: Protección ante agentes contaminantes
• Estimular la cicatrización y reepitelización

1. LIMPIEZA

El hecho de limpiar correctamente una herida va a tener una relación directa con la optimización de las condiciones necesarias para que ésta cicatrice correctamente y para que disminuya el peligro de infección, ya que con la limpieza, se retiran microorganismos y material necrótico presentes en el lecho de la lesión.
Recomendaciones para la limpieza de úlceras:
• Limpiar las heridas al principio del tratamiento y durante cada cambio de apósito.
• Utilizar la mínima fuerza mecánica al limpiar las heridas con gasas o esponjas.
• No limpiar las heridas con productos limpiadores o agentes antisépticos, como por ejemplo: povidona yodada, yodóforos, soluciones de hipoclorito sódico, peroxido de hidrógeno y ácido acético.
• Utilizar solución salina isotónica para limpiar las heridas.
• Administrar el producto limpiador a una presión suficiente que no cause trauma en el lecho de la herida pero facilite el arrastre mecánico de los restos necróticos.




2. DESBRIDAMIENTO DE LA ÚLCERA



Se hará si presenta necrosis, esfacelos o detritus. Es esencial para que una herida cicatrice correctamente ya que el tejido necrótico o los esfacelos son un caldo de cultivo para infecciones, inician una respuesta inflamatoria, suponen una demanda fagocítica para la herida y retrasan la curación al representar una barrera mecánica para el tejido de granulación.
El tipo de desbridamiento se decide en función del tipo, calidad, profundidad y localización del tejido necrótico, así como del estado general del paciente. Se debe distinguir entre la resección de áreas superficiales -tejido epidérmico y dérmico- y de tejido necrótico subdérmico. Se puede llevar a cabo quirúrgicamente, mediante tijeras o bisturí para quitar los tejidos desvitalizados, por medio de preparados enzimáticos, como la colagenasa, mecánicamente mediante gasa y suero o también mediante el uso de hidrogeles u otros productos hidroactivos, que generan ambiente húmedo, que colocados o aplicados sobre la herida, permiten la autodigestión del tejido desvitalizado por las enzimas normalmente presentes en los fluidos de la úlcera (desbridamiento autolítico).

3. CONTROL DEL EXUDADO



Se ha observado que las ulceras exudativas curan mas lentamente que las no exudativas y que el exceso de exudado puede macerar el tejido circundante. Según opiniones expertas debe absorberse lejos del lecho de la herida. Cuando se usan apósitos absorbentes debe tenerse cuidado para no desecar demasiado el lecho de la herida. Consideraremos tomar una muestra para cultivo y realizar antibiograma para suministrar el antibiótico adecuado en caso de que la úlcera presente exudado purulento. Ante úlceras exudativas, disponemos de una gran variedad de alternativas en productos de cura en ambiente húmedo dependiendo del grado de exudado.

4. INFECCIÓN LOCAL: PROTECCIÓN ANTE AGENTES CONTAMINANTES



Ante sospecha de infección hay que recoger una muestra para realizar cultivo y, antibiograma, no usando las torundas clásicas, sino mediante aspirado con aguja o por biopsia del tejido ulcerado. La sola presencia de gérmenes parece que no interfiere en el proceso de curación. Ante un cultivo positivo (más de 100.000 colonias), se instaurará antibioticoterapia sistémica.

5. CICATRIZACIÓN Y REEPITELIZACIÓN



Para estimular la cicatrización, una vez esté la herida limpia, se mantendrá en un medio húmedo para favorecer la migración celular, evitando lesionar el lecho recién formado (tanto al retirar el apósito anterior, como al realizar una limpieza demasiado agresiva) y protegiéndolo de posibles agentes infecciosos. En la fase de epitelización se continuara con un medio húmedo y aséptico. Usaremos apósitos que permitan alargar el tiempo entre curas con el objetivo de evitar la lesión de los tejidos neoformados.
De los métodos de curación que existen en la actualidad para este tipo de lesiones, la cura tradicional con gasa estéril absorbente más antisépticos o "cura seca", aunque sigue usándose, deberíamos sustituirla en la mayoría de los casos por la "cura en ambiente húmedo", opción basada en el uso de productos que generan en el lecho de la herida un ambiente húmedo, controlan el exudado y estimulan una cicatrización más fisiológica.
En general podemos decir que la cura húmeda nos aporta:
• Aumento del aporte de oxígeno y nutrientes vía endógena a través de la angiogénesis.
• Acidificación del pH de la zona, creando ambiente bacteriostático que disminuye riesgo infección.
• Facilidad para la migración celular, polimorfonucleares y macrófagos, como las de la reparación plástica.
• Control del exudado sin perjudicar la piel periulceral.
• Mantener la temperatura adecuada, estimulando con ello la fibrinolisis.
• Disminución del dolor.
• Protege a las heridas de la contaminación.
• Reducen los tiempos de cicatrización.
• Disminuye el número de curas locales. http://www.blogger.com/post-edit.g?blogID=7366539301786479&postID=8277781703435218700
El apósito ideal para una herida se debe cumplir los siguientes objetivos:
• Proporcionar un medio de ambiente húmedo
• Manejar el exudado y los componentes tóxicos.
• Facilitar el intercambio gaseoso
• Mantener una temperatura constante en el lecho de la herida
• Proteger la herida de de una infección secundaria.
• Estar libre de partículas o contaminantes tóxicos.
• Facilitar un cambio de apósito sin trauma.
































































jueves, 8 de enero de 2009

BIBLIOGRAFÍA

  • Recomendaciones de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular sobre prevención y tratamiento del pie diabético, 1997
  • Rojas E. El Pie Diabético. Barcelona. Boehringer Mannheim, 1990
  • Documento Científico de la Asociación Española de Enfermería Vascular
    Consenso sobre úlceras vasculares y pie diabético de la Asociación Española de Enfermería Vascular (A.E.E.V.)
  •